Nuestro impacto

Mejorar la calidad del aire ha sido una de las principales prioridades de las políticas públicas del Área de la Bahía durante muchas décadas. A pesar del importante crecimiento demográfico y económico, las concentraciones de contaminación atmosférica en el Área de la Bahía han disminuido de forma constante durante los últimos 50 años.

Un informe de 2011 elaborado por el Distrito de Aire resumió los niveles y las tendencias de emisiones en el Área de la Bahía entre 1990 y 2011. Se determinó que la economía del Área de la Bahía creció un 77 %, que la población aumentó un 23 % y que el número total de millas recorridas aumentó un 30 %. Sin embargo, durante ese mismo periodo, las emisiones de contaminantes reglamentados por el Distrito, incluidos el ozono y la materia particulada, se redujeron un 60 por ciento. Conozca más sobre la historia y el progreso de la calidad del aire en el Área de la Bahía.

Si bien las emisiones han disminuido en general, el número de alertas de Spare the Air (proteja el aire) se ha mantenido constante, ya que las normas de calidad del aire se han vuelto más estrictas durante el mismo periodo.

Entre otras acciones que se tomaron para cumplir estas normas reforzadas y proteger mejor la salud pública, el Distrito aprobó la Regla de quema de madera en 2008, que prohíbe quemar madera, en interiores o exteriores, en los días en los que está activa una alerta de Spare the Air por contaminación de partículas finas. El humo de madera es la principal fuente de partículas finas, el principal contaminante del aire en invierno y, durante muchos años, las prohibiciones sobre quemar de madera de Spare the Air se limitaron a los meses entre noviembre y febrero. Sin embargo, en 2019, para hacer frente a los riesgos del humo de incendios forestales, el Distrito modificó la Regla de quema de madera para prohibir la quema de madera en cualquier día del año cuando la contaminación por partículas finas alcance niveles no saludables.

Reducción de las emisiones de ozono

Las concentraciones máximas de ozono en el Área de la Bahía están muy por debajo de las que se registraron por primera vez cuando se empezó a controlar la calidad del aire hace medio siglo. En la actualidad, los niveles promedio de ozono se redujeron al menos un tercio con relación a los de la década de 1970. Los niveles de ozono en el Área de la Bahía son generalmente más bajos que los de la mayoría de las principales áreas metropolitanas de Estados Unidos.

Estas mejoras se deben, en parte, a los estrictos estándares de emisiones de los vehículos motorizados de California y al desarrollo de vehículos y camiones más limpios que han contribuido a reducir las emisiones, a pesar del crecimiento de la población, la cantidad de vehículos y las millas recorridas en el Área de la Bahía.

Aun así, las concentraciones de ozono varían de un año a otro en función de las condiciones meteorológicas. Cuando el clima es desfavorable, con temperaturas más altas y vientos suaves, los niveles de concentración aumentan en las áreas de las regiones más afectadas y pueden superar los estrictos estándares federales del ozono.

Reducción del humo de la madera

En los últimos 15 años, las concentraciones de materia particulada promedio anual de tres años en el Área de la Bahía ha descendido de 12.3 microgramos por metro cúbico a solo 7.8 microgramos por metro cúbico, una mejora significante para un periodo de tiempo relativamente corto. En comparación con otras grandes áreas metropolitanas de Estados Unidos, el Área de la Bahía se ubica en el medio de la lista en cuanto a las concentraciones de materia particulada.

La materia particulada representa una importante amenaza para la salud y es un grave problema ambiental para el Área de la Bahía. El tamaño minúsculo de las partículas finas les permite ingresar a los pulmones y luego al torrente sanguíneo y desencadenar afecciones graves como asma, ataques cerebrales y ataques cardiacos.

Estas partículas finas son emitidas por una amplia gama de actividades y fuentes, como las actividades industriales, los incendios forestales y los vehículos motorizados. Sin embargo, la quema de madera en viviendas sigue siendo la mayor fuente de emisiones de partículas finas durante el invierno.